¿Alguna vez has oído decir que en el momento de morir te pasa, como si fuese una película, toda tu vida por delante?
No es el único momento. El otro día mi novia me dijo:
Cariño, no me viene la regla. Y yo les aseguro que en ese momento, todo, ¿eh?, pero el pasado y el futuro.
Me vi en una ranchera con cuatro niños yendo al hiper. Ya sé que estas cosas pasan. ¡Pero que me pase a mí! ¡A mí! Que cuando me decían:
Paco se ha casado de penalti. ¡Será gilipollas! exclamaba. ¡Con la cantidad de cosas que hay para que no te pase esto!.
Sin ir mas lejos la marcha atrás. Es mi método. Ya sé que me envidian.
Yo es que soy partidario de lo natural, naturópata, vamos. Soy el Carlos Sainz de la marcha atrás. Un control, una pericia, una concentración….
Lo que pasa es que hace dos semanas iba yo a mi marcha. Suave, suave, estaba ya en la tabla del diecisiete: “Diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro”. Hay que usar el coco para no tener una eyaculación precoz. Yo tengo una técnica infalible. Si veo que voy muy deprisa pienso: “Karmele, Karmele, Karmele.” Y me relajo. Si por el contrario veo que la cosa baja pienso: “Claudia Schiffer, Claudia Schiffer, Claudia Schiffer. Y oye, ¡da gloria verme!
Bueno, como decía, iba yo a mi marcha, diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro y me llevo tres. Y en el momento clave a ella le dio la tos, y claro, empezó a agitarse y … me rompió el ritmo. Yo controlo ¡pero si ella se pone a improvisar!
De todas maneras tiene que ser un retraso. Como mucho se me pudo escapar un espermatozoide, ¡dos todo lo más! ¡También sería casualidad que encontrasen el camino, con la oscuridad que tiene que haber allí!
El caso es que cuando ella te confiesa: “Todavía no me ha venido”, te acojonas. Te acojonas tanto que no dices mas que tonterías: A lo mejor te ha venido y no te has dado cuenta.
A lo mejor tú te has vuelto imbécil y tampoco lo sabes.
En esas situaciones es cuando se demuestra que los tíos no tenemos ni idea. Nosotros confundimos el método Ogino con el índice Nikkei
Oye, tú estás segura de que has contado bien los días, mira que este año es bisiesto.
Ya, en febrero, pero es que estamos en octubre.
A lo mejor lo llevas arrastrando desde entonces.
A ti si que te arrastran los huevos, que te da todo igual.
¡Huy, qué borde estás, eso es que te va a venir!
Pero no le viene. Y tu vida cambia. Por la calle no ves mas que embarazadas.
Bueno, te cambia hasta el humor. Antes, cuando salían en televisión anuncios de compresas, hacías bromas. Ahora no. Ahora se hace un silencio en el salón, una tensión, un mal rollo. Sólo se oye: “Tun, tun, tun, tun, tun, tun. uuu iiiii. ¿A qué huelen las nubes?”. ¿A qué huelen las nubes? ¡A Dodotis! Estás tan nervioso que no puedes ni trabajar. La llamas cada cinco minutos: ¿Ya?
¡No! Y deja de llamar que me pones nerviosa.
Así que te metes en Internet a buscar información. A ver “regla punto com” y te sale la Cofradía de la Virgen de la Regla con Rocío Jurado a la cabeza.
No, vamos a probar otra cosa, “retraso punto es” y te sale Iberia. Joder, cada vez vamos a peor. Y cuando desesperado pones “penalti punto com” y te sale José María García, lo dejas. Y es que en Internet no se navega, se naufraga, porque nunca encuentras nada.
La vuelves a llamar ¿Ya?
Que nooo, pesao
Así que te compras la revista “Ragazza” que has visto que viene un artículo que se llama “La regla, tu mejor amiga”. Vaya, por fin algo científico. Y lees: “El estrés y los nervios pueden retrasar la regla”. Pues ya está, voy a tranquilizarla, te dices. Y la llamas
¿Dígame?
Ommmmm
¿Quién es?
Te pesan los párpados
Pero tío, ¿tu estás tonto?
Ommm. Imagínate una pradera, con pajaritos, pío, pío, pío… ¡coño ma colgao! ¿Así como le va a venir la regla? Si es que no colabora. Ya no sabes qué hacer. Cuando llega a casa y llama al portal, antes de abrirle, le dices por el telefonillo:
Cariño, ¿ya?, cariño ¿ya?, cariño ¿ya?
¡Quieres abrirme!
Al día siguiente, cuando entras en casa con el Predictor en la mano, ella brama:
Como salga el circulito, te la corto. ¡Carlos Saínz!
Por cierto ¿por qué se llama Predictor el Predictor? ¡Si no predice nada! Cuando sale el circulito ella ya está embarazada. Si fuese Predictor tendría que haberme avisado antes. Yo creo que en vez de Predictor se debería llamar Terminator.
¿Y lo lento que es? En esos diez minutos te acuerdas de todos los circulitos que han marcado tu vida: los ceros de Matemáticas, las albóndigas de la mili, el Círculo de Lectores, el condón que no te pusiste… Llega un momento en que estás tan nervioso que no quieres ni verlo y te vas al salón a intentar relajarte: “Diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro …Ommm. Pío,pío,pío. ¡Karmele, Karmele, Karmele!”.
Menos mal que no salió el circulito. Y claro, con la alegría del momento nos liamos. Pero después del susto lo hicimos con condón pues según el prospecto, un condón es muy seguro, tiene un 97 por ciento de fiabilidad. Así que no hay problema, cuando lleve 97 kikis me lo cambio y ya está.
No es el único momento. El otro día mi novia me dijo:
Cariño, no me viene la regla. Y yo les aseguro que en ese momento, todo, ¿eh?, pero el pasado y el futuro.
Me vi en una ranchera con cuatro niños yendo al hiper. Ya sé que estas cosas pasan. ¡Pero que me pase a mí! ¡A mí! Que cuando me decían:
Paco se ha casado de penalti. ¡Será gilipollas! exclamaba. ¡Con la cantidad de cosas que hay para que no te pase esto!.
Sin ir mas lejos la marcha atrás. Es mi método. Ya sé que me envidian.
Yo es que soy partidario de lo natural, naturópata, vamos. Soy el Carlos Sainz de la marcha atrás. Un control, una pericia, una concentración….
Lo que pasa es que hace dos semanas iba yo a mi marcha. Suave, suave, estaba ya en la tabla del diecisiete: “Diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro”. Hay que usar el coco para no tener una eyaculación precoz. Yo tengo una técnica infalible. Si veo que voy muy deprisa pienso: “Karmele, Karmele, Karmele.” Y me relajo. Si por el contrario veo que la cosa baja pienso: “Claudia Schiffer, Claudia Schiffer, Claudia Schiffer. Y oye, ¡da gloria verme!
Bueno, como decía, iba yo a mi marcha, diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro y me llevo tres. Y en el momento clave a ella le dio la tos, y claro, empezó a agitarse y … me rompió el ritmo. Yo controlo ¡pero si ella se pone a improvisar!
De todas maneras tiene que ser un retraso. Como mucho se me pudo escapar un espermatozoide, ¡dos todo lo más! ¡También sería casualidad que encontrasen el camino, con la oscuridad que tiene que haber allí!
El caso es que cuando ella te confiesa: “Todavía no me ha venido”, te acojonas. Te acojonas tanto que no dices mas que tonterías: A lo mejor te ha venido y no te has dado cuenta.
A lo mejor tú te has vuelto imbécil y tampoco lo sabes.
En esas situaciones es cuando se demuestra que los tíos no tenemos ni idea. Nosotros confundimos el método Ogino con el índice Nikkei
Oye, tú estás segura de que has contado bien los días, mira que este año es bisiesto.
Ya, en febrero, pero es que estamos en octubre.
A lo mejor lo llevas arrastrando desde entonces.
A ti si que te arrastran los huevos, que te da todo igual.
¡Huy, qué borde estás, eso es que te va a venir!
Pero no le viene. Y tu vida cambia. Por la calle no ves mas que embarazadas.
Bueno, te cambia hasta el humor. Antes, cuando salían en televisión anuncios de compresas, hacías bromas. Ahora no. Ahora se hace un silencio en el salón, una tensión, un mal rollo. Sólo se oye: “Tun, tun, tun, tun, tun, tun. uuu iiiii. ¿A qué huelen las nubes?”. ¿A qué huelen las nubes? ¡A Dodotis! Estás tan nervioso que no puedes ni trabajar. La llamas cada cinco minutos: ¿Ya?
¡No! Y deja de llamar que me pones nerviosa.
Así que te metes en Internet a buscar información. A ver “regla punto com” y te sale la Cofradía de la Virgen de la Regla con Rocío Jurado a la cabeza.
No, vamos a probar otra cosa, “retraso punto es” y te sale Iberia. Joder, cada vez vamos a peor. Y cuando desesperado pones “penalti punto com” y te sale José María García, lo dejas. Y es que en Internet no se navega, se naufraga, porque nunca encuentras nada.
La vuelves a llamar ¿Ya?
Que nooo, pesao
Así que te compras la revista “Ragazza” que has visto que viene un artículo que se llama “La regla, tu mejor amiga”. Vaya, por fin algo científico. Y lees: “El estrés y los nervios pueden retrasar la regla”. Pues ya está, voy a tranquilizarla, te dices. Y la llamas
¿Dígame?
Ommmmm
¿Quién es?
Te pesan los párpados
Pero tío, ¿tu estás tonto?
Ommm. Imagínate una pradera, con pajaritos, pío, pío, pío… ¡coño ma colgao! ¿Así como le va a venir la regla? Si es que no colabora. Ya no sabes qué hacer. Cuando llega a casa y llama al portal, antes de abrirle, le dices por el telefonillo:
Cariño, ¿ya?, cariño ¿ya?, cariño ¿ya?
¡Quieres abrirme!
Al día siguiente, cuando entras en casa con el Predictor en la mano, ella brama:
Como salga el circulito, te la corto. ¡Carlos Saínz!
Por cierto ¿por qué se llama Predictor el Predictor? ¡Si no predice nada! Cuando sale el circulito ella ya está embarazada. Si fuese Predictor tendría que haberme avisado antes. Yo creo que en vez de Predictor se debería llamar Terminator.
¿Y lo lento que es? En esos diez minutos te acuerdas de todos los circulitos que han marcado tu vida: los ceros de Matemáticas, las albóndigas de la mili, el Círculo de Lectores, el condón que no te pusiste… Llega un momento en que estás tan nervioso que no quieres ni verlo y te vas al salón a intentar relajarte: “Diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro …Ommm. Pío,pío,pío. ¡Karmele, Karmele, Karmele!”.
Menos mal que no salió el circulito. Y claro, con la alegría del momento nos liamos. Pero después del susto lo hicimos con condón pues según el prospecto, un condón es muy seguro, tiene un 97 por ciento de fiabilidad. Así que no hay problema, cuando lleve 97 kikis me lo cambio y ya está.
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